Gabriela Infinita, lectura infinita. Así lo
sentí cuando empecé a leer pues leía y leía pero no entendía. El hipertexto es
un texto mucho más complejo que el texto cotidiano, pues no es lineal, para
entenderlo no hay que leerlo, hay que navegarlo. En vez de tabla de contenidos existe
el mapa de navegación. La concentración y la asociación se intensifican pues de
no ser así no hay forma de comprender el relato. Aunque es interactivo y
representa un reto, personalmente prefiero la lectura tradicional.
Si, es
divertido ver videos raros que te dan una pista o perspectiva en la historia en
la cual estas súper perdido. Si, es divertido abrir tantos hipervínculos. Si, es divertido ver imágenes dinámicas mientras lees. Pero
considero que nada se compara a sentarme en la hierba, bajo un árbol, mientras paso
las suaves páginas de un buen libro. Además no importa donde me encuentre, no
debo preocuparme porque el libro se va a quedar sin batería, o que el reflejo
del sol no me permita leer bien las
páginas, o no poder sacar mi libro en un parque por miedo a ser robada.
No obstante considero muy creativo el hipertexto, muy siglo XXI, es una manera más de disfrutarse un relato y una ventaja que si tiene sobre la lectura ordinaria es que puede ser supremamente útil para aprender, para asociar, pero si de literatura se trata, yo me quedo con mis libritos pesados y arrugados. Defiendo la lectura clásica, la gracia
de un buen libro es eso mismo, que sea un libro, con páginas, con lomo, con
olor y textura. La experiencia de un relato no es como está contada en sí,
es como esta vivenciada por el lector.

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