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sábado, 20 de septiembre de 2014

SEMANA 8.

Esta semana vimos temas diversos, exposiciones, hablamos de memes, el cerebro, la etnografía, ganar dinero haciendo clics, community manager, etc. Pero hoy quiero hablar de la clase del martes. Iniciamos con un taller sobre el plagio, nos fueron entregados dos fotocopias, eran un par de trabajos, uno trabajo pertenecía a un estudiante de la Universidad del Rosario y otro a un estudiante de la Javeriana. Sebastián nos explicó la forma de usar google para hallar casos de plagio, es bastante sencillo, se pone la frase entre comillas. Entonces fue así como realizamos el taller. ¡FUE IMPRESIONANTE! Hay gente verdaderamente conchuda y perezosa, no entiendo cómo pueden hacer plagio de forma tan descarada. Estos trabajos estaban plagiados casi en su totalidad y de forma intencional, es decir, si, en algún momento el estudiante del Rosario pecó por inocente porque no citó bien. Sin embargo, no hay excusa para cometer plagio, es obviamente un irrespeto al autor, un delito y por mero orgullo no deberíamos hacerlo, pues esto implica aceptar que nuestras propias ideas no son lo suficientemente buenas.

Tuvimos una larga reflexión acerca del tema del plagio y creo que todos estamos de acuerdo en que, además de ser el plagio una falta grave, también aporta a la mediocridad, implica poco ejercicio mental y falta de creatividad. Estas tres consecuencias del plagio nos lleva a un solo resultado, pésimos profesionales.

Cada persona es libre de tomar su decisión, no obstante, creo fielmente que es responsabilidad de nosotros como comunicadores, demostrar ser buenos profesionales y quitarnos de encima los estigmas, los preconceptos y de lo que tilda. Creo que a varios de nosotros se nos ha dicho “¿Comunicación?, ah esa carrera es solo rumba”, “!Esa carrera  es súper fácil!” o “Ah, osea que quieres ser presentadora”. ¿A qué se debe la mala fama de los comunicadores?, debe haber una razón por la cual trabajan redactando en El Tiempo más politólogos y economistas que periodistas (obviamente no hay que generalizar). La culpa no recae en las instituciones, recae en cada individuo y su forma de ver su carrera.

Si decidió estudiar comunicación como salida fácil, donde todo se hace de afán, mal hecho y plagiando, donde no se aprende nada, con tal de graduarse rápido… estamos mal. Pero si elegió comunicación porque realmente le apasiona, como a mí, entonces demostremos que los preconceptos no son ciertos, que verdaderamente somos capaces de ser críticos, investigar, no plagiar, empaparnos de información, escribir bien y mil cosas más. No soy vidente y no puedo asegurarle éxito, fama y reconocimiento a nivel mundial, pero si puedo asegurarle que va a ser un mejor profesional, incluso que va a ser más feliz, porque no existe nada como ganarse algo con merito propio, es la satisfacción de saber que usted es bueno en algo y que no necesita copiar ideas de otras personas.

Paula C        

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